Entre cansado y somnoliento
ido, perdido o encontrado,
hallé tu ojos color miel
sembrados de rocío y primavera,
entre el estiércol y teas encendidas
de la decepción y la miseria.
Encontré en esa piel canela
la patria conocida, y no por eso
menos buscada. Y añorada
porque en ti fue la esperanza
y el amor por lo desconocido
causa efímera de pasión reconcentrada.
Ay amor, que tornas a desvuelta
del tiempo y su añoranza;
si yo fuera primavera y mi piel
no sellara con el estío su declive
y tú, hombre perdido,
entre los aires contenidos de mi falda.
Poeta de versos encendidos,
poeta maldito. Me lo dices
y te creo. Poeta de sienes sin avío
y vaivenes de tibias esperanzas.
Labraré con mis manos el destino
que buscan tus ojos en mis sienes
y siempre encontrarás mi desvarío
a poco que me busques
y yo te deje entrar en mi navío.
María Toca
Santander-07-07-2018. 1,31.