Búscame para tender puentes,
para tirar del carro de la vida,
extender la mano, cruzar los laberintos
enraizados con tristes desengaños.
Búscame para seguir andado.
Para disparar con balas de mentiras, no.
Para eso no sirvo, ni me busques.
No te molestes en llamar a mi puerta
si lo que necesitas son mimbres
con los que confeccionar guerras inútiles
o discursos preñados de estulticia.
No me busques si odias, si anuncias
soflamas enemigas y buscas bronca;
no te sirvo, soy inútil en esos menesteres.
No me llames, si tienes el corazón atravesado
o lo encierras en cárcel de cristal
incluso, si no ríes, no bailas,o no tiemblas
cuando algo conmueve tu razón.
Si lo que quieres son manos que trabajen
o sonrisas enredadas en un tiempo
que clama, libertad, pan o trabajo,
entonces, busca. Me encuentras,
caminamos al unísono, atados
por el sentimiento y la comuna.
Si gritas, si insultas o si ofendes
quédate, no cruces mi camino,
Quieto, no me llames. No estoy
para soflamas de incendios preparados,
para seguir al líder sin critica ni cuestión,
amparada en sombras que me nublan.
No me llames, para odiar
ni me celebres lo que disgrega,
mata o siembra falacias a destiempo.
Mi mano tienes tendida para la lucha,
el camino, las lágrimas, la risa,
jamás el puño para golpes de salón.
Santander-12-5-2016