Como el viento, que agita zozobras,
como el mar que encrespada y llorosa
se enzarza con el cielo en dialogo que ampara
la tranquila calma de las cosas.
Con riscos montaraces
o colinas rocosas,
que calman el difuso paisaje
o lo agitan con tormentas fugaces;
así, discurre el tiempo,
despacio, entre sombras y luces.
Así pasan los días, y se encienden las noches.
Callando. En silencio.
A veces con risa, otras con llanto.
En lucha, o en pleno descanso.
Así, pasan los días, entre las tormentas
de un infausto verano,
o enfundada en traje de amianto
que diverge o aísla, según interese
de mundo y sus tiempos
de inciertos inviernos y oscuros otoños.
Así, como nada
se pasan los años.
Santander-12-10-2016.13,13