Escucho en el silencio atribulado de la tarde
el sonido del aire que circula
despacio, por mi ventana, tan presente
el recuerdo y el llanto
de aquellos días en que se fue la luz
y se quedó, tan solo, la oscuridad
enfrentada a la muerte.
La tarde apacigua la mortaja
en que quedó mi alma
con la tuya, encerrada, en la vereda
que tú solo transitas
y yo espero andar, alguna tarde,
en que lleve mis pasos
atravesando la avenida
que separa la vida
de tu presencia, allende
y nos reúna, con la misma cantina
preparada, para ver en tus ojos, mi mirada.
Santander 12-10-14. 18,47. 266 días sin ti pero contigo.