Añoranzas

Añoraré las esperanzas

que nacieron al florecer unos almendros

que se perdieron entre brumas

que fueron contingente de olvidos.

Añoraré las esperanzas

que corrían como escarchadas por mis venas

con el fulgor de la alegría

y  las banderas en mi casa.

Soñaré con la tersura

que la juventud, ponía entre mis penas,

las condensaba y diluía

entre marasmos de esperanza.

Y la casa olía a espliego,

a libertad, a lontananza

cuando el beso se fugaba

y anidaba en otras ramas.

Dejaré los sueños bien calzados,

la añoranza bien templada

para que me crezcan los esquejes

de una vida nueva que ilumine

la senectud abandonada.

María Toca

Gran Vía, Madrid- 14-04-2018. 13,18