hablar a las estrellas,
porque en noches como esta
me mecía la luna
y las manos de madre
guarecían la escarcha
arrebatando al frío
su guadaña en mi espalda.
Yo dormía y soñaba…
que tocaban mis dedos
unas teclas ansiadas.
Con la luna testigo
con el corazón frío
y mis ojos velados
por las sombras robadas…
Me soñaba, acariciando suave,
con la dulce finura,
cual piel alabastrada,
de un piano que tocaba.
Era de noche y madre
caldeaba el invierno.
Era de noche y mis sueños volaban
en pos de una poesía
que la música hacía
y yo que la tocaba.
Era de noche…y soñaba
que mis manos brotaban
la música de mi alma.
Era de noche…
y mientras tanto…
María recitaba.
María Toca
Santander-5-01-2020. 0,30